El Punto Limpio es una instalación destinada a recibir, previamente
seleccionados, ciertos tipos de residuos que, bien por ser reciclables, o bien
por estar considerados como tóxicos y peligrosos, no es conveniente que se
eliminen con el resto de las basuras domésticas. Estos residuos son depositados
en contenedores específicos para cada tipo de material y posteriormente trasladados
a centros de valorización, tratamiento o confinación.
Constituye,
por tanto, un sistema de recogida selectiva, y que responde a varios objetivos:
q Aprovechar
los materiales contenidos en los residuos sólidos urbanos que son susceptibles
de un reciclaje directo, consiguiendo con ello un ahorro energético y de
materias primas, así como una reducción en volumen de residuos que es necesario
tratar o eliminar.
q Evitar
el vertido incontrolado de los residuos voluminosos que no pueden ser
eliminados a través de los servicios convencionales de recogida de basuras.
q Separar
los residuos peligrosos generados en los hogares, cuya eliminación conjunta con
el resto de las basuras urbanas o mediante el vertido a la red de saneamiento,
representa un riesgo para los operarios de estos servicios y contribuye a la
contaminación del medio ambiente.
En
un principio, el concepto de Punto Limpio surge como respuesta a los
problemas planteados por los muebles y enseres domésticos, pero con el paso del
tiempo, también conserva su objetivo inicial: la separación de los materiales
para un posterior reciclado.
Dos
factores esenciales contribuyen a la implantación de los Puntos Limpios:
· Una
política medioambiental de la gestión de residuos basada en la reducción en
origen y en la valoración.
· La
necesidad de luchar contra los vertederos incontrolados, a través del
ofrecimiento a los clientes de un medio alternativo para la eliminación de los
residuos domésticos, que no son considerados por los servicios tradicionales de
recogida.